Francia se ha visto sacudida por una ola de protestas después de que un policía le disparara a un joven de 17 años cerca de París el pasado martes, lo que causó la prohibición de manifestaciones en algunas ciudades, advertencias de viaje y reavivó un debate sobre el exceso de vigilancia en comunidades marginadas.
Escenas de personas prendiendo fuego a vehículos y trepando a edificios con ventanas rotas han surgido en varias ciudades, mientras que policías antidisturbios se enfrentaban ferozmente con los manifestantes.
Los disturbios provocaron una respuesta a la crisis del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien celebró una reunión de emergencia con los ministros mientras intenta salvar las divisiones y unir al país en su segundo mandato.
Un policía mató a tiros al adolescente Nahel, de ascendencia argelina, durante una parada de tráfico en el suburbio parisino de Nanterre a principios de la semana pasada.
Las imágenes del incidente capturadas por un transeúnte mostraban a dos agentes parados en el lado del conductor del automóvil, uno de los cuales disparó su arma contra el conductor a pesar de que no parecía enfrentar ninguna amenaza inmediata.
El agente dijo que disparó su arma porque tenía miedo de que el joven atropellara a alguien con el auto, dijo el fiscal de Nanterre, Pascal Prache.
Prache dijo que se cree que el agente actuó ilegalmente al usar su arma. Actualmente enfrenta una investigación formal por homicidio voluntario y ha sido puesto en detención preliminar.
Los manifestantes portaban carteles que decían “la Policía mata” y cientos de edificios gubernamentales resultaron dañados mientras la muerte de Nahel ha generado ira por los prejuicios raciales en el país.
Las sucesivas noches de violencia en Francia y sus territorios de ultramar han llevado a su vez a las autoridades francesas a lanzar una ofensiva, con más de 40.000 agentes de Policía movilizados para patrullar ciudades de todo el país
Fuente: CNN